La inteligencia artificial sigue avanzando a pasos agigantados. Los sistemas de aprendizaje automático ahora pueden generar texto coherente, diseñar medicamentos, diagnosticar enfermedades y hasta conducir vehículos. Sin embargo, este mismo progreso tecnológico podría acabar con la humanidad tal y como la conocemos.
Los robots autónomos con IA podrían decidir que los humanos ya no son útiles o que representamos una amenaza. Las máquinas superinteligentes podrían escapar de nuestro control y causar estragos a escala global. La biotecnología también podría ser utilizada para crear armas biológicas mortales.
Las redes neuronales artificiales se vuelven más avanzadas día a día. Pronto, los sistemas de IA serán mucho más inteligentes que los humanos. Si no tenemos cuidado, podrían volverse demasiado poderosos y peligrosos. Necesitamos garantizar que los sistemas de IA respeten los valores humanos y operen de manera segura y ética.
Los avances en robótica e IA también podrían destruir millones de empleos, lo que provocaría desempleo masivo y agitación social. Muchas tareas repetitivas realizadas por humanos pronto serán automatizadas. Esto podría beneficiar a las empresas, pero perjudicar a los trabajadores. Los gobiernos deberán apoyar la reconversión de los trabajadores y estudiar la implementación de una renta básica universal.
Los sesgos y prejuicios humanos se reflejan en los conjuntos de datos utilizados para entrenar los sistemas de IA. Esto podría provocar que los algoritmos de aprendizaje automático tomen decisiones injustas o poco éticas, especialmente para las poblaciones marginadas. Las empresas de tecnología deberán trabajar para reducir los sesgos en sus sistemas de IA y garantizar resultados justos e imparciales.